Muchos, como yo, sabemos cómo se sienten los invisibles cuando llegan a la claridad, cuando son tomados en cuenta; sabemos lo que siente un pobre cuando estudia, come o recibe su vivienda digna a precio justo y con cómodas cuotas de pago; sabemos lo que es ser dignificados; y sabemos que el primer presidente de Venezuela en preocuparse por estos aspectos -y muchos otros- ha sido Hugo Chávez. Pero también sabemos lo que es amar a un presidente. Querer ocultar o manchar sus indudables logros resulta vergonzoso.
De igual forma, todos conocemos el desagradable sentimiento de perder un ser querido; sabemos el dolor que ocasiona una repentina separación; sabemos lo que es llorar cuando las esperanzas se han quedado sin signo vitales, sin oportunidades.
Por lo tanto, sabemos lo que se siente perder a un presidente que se ama; sabemos lo que es votar por Hugo Chávez como candidato a presidente, y seís meses más tarde, ver en el lugar que él siempre había ocupado a quien nos encomendó; sabemos lo que es limpiarse las lágrimas y salir a votar por amor a quien ya no está.
No estamos locos, no es fanatismo... Es amor, orgullo, admiración. Pero claro, no cualquiera logra comprender ésto, ya que, algunos sólo sienten una rara especie de amor hacia un político en tiempos electorales -como el caso de Capriles en el 2012, unos cuantos lo amaban a morir. Actualmente hay muchos más que lo repudian-.
Aunque para algunos la frase: "¡Chávez Vive!" es solo una consigna o un objeto de burla, ésta lleva arraigado un sentimiento que no cualquiera está en capacidad de vivir.
La frase "¡Chávez vive!" ha sido mal vista desde la banda oposicionista,
son muchos los argumentos utilizados en su contra. Pero eso es común
viniendo de quienes sólo se ocupan de llevar la contraria, siempre. Sin
embargo, así como algunos articulistas han tomado parte de su tiempo
para expresar un punto errado de esta frase, yo también dedico parte de
mi tiempo para contrarrestar su posición.
Está bien tener un punto de vista, lo malo es tergiversar la información o el
sentimiento con el cual se proclama la frase. Lo triste es que muchos lo
repiten sin parar, sólo para tener algo que argumentar en contra de
quienes sentimos y vivimos esa frase.
Somos una gran familia, tenemos dificultades -como en todas-, pero las
mejores intenciones. No le escupimos a otros en la cara que Chávez vive
para aludir que los demás estan muertos. Tampoco vive para que a
nosotros nos asesinen, justo como lo afirma el articulista que no pienso mencionar, el cual
no comprende o no ha vivido lo que digo. Lo único que le escupimos a otros en la cara es el amor que sentimos por quien no viera por menos a los invisibles.
Muchos repiten "vivimos en un país donde dicen que Chávez vive y
Dios está muerto" -pretendiendo adjudicar a nuestro sentir una paráfrasis, sobre una frase del filósofo Friedrich Nietzsche-. Nunca había escuchado una tergiversación tan
asquerosa. Hasta los momentos no he escuchado algo así por parte del
sector chavista. Salvo que en una ocasión una señora realizó una
oración denominada como "Chávez nuestro" la cual, ciertamente no apoyo. Por lo tanto, generalizar y afirmar esa frase tan repuntante resulta descabellado.
Somos muchos los cristianos que le damos
gracias a Dios por haber puesto en nuestro camino a Hugo Chávez, porque Venezuela nunca había tenido un
presidente como él. El cual, nunca vio por menos a los
pobres y siempre estuvo dispuesto a ayudar a quien lo necesitara.
Por allí dicen que "no se muere cuando el corazón deja de latir, se muere cuando en los recuerdos deja de existir", y realmente dudo que los recuerdos y el sentimiento mueran. El que se hizo millones entre nosotros y el que despidiéndose con un hasta pronto logró que los amaramos más que antes, no ha muerto. Aunque no está, no se ha ido. Lo sentimos, lo vemos en los niños, ancianos, obreros, estudiantes, lo vemos en todos los logros.
Así que antes de mofarse de la famosa frase, recordemos que así como todos amamos enormemente a alguien, así los chavistas amamos a Chávez. ¿Quién nos puede penar por eso?
¿Chávez vive? Pues sí... Vive hoy más que nunca. De eso no hay duda. A esto nos referimos. Esto sentimos.
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