martes, 28 de febrero de 2017

Maduro Colombiano

Cuando de la nacionalidad del Presidente se trata, son muchos los comentarios que pudieran asomarse al respecto. Surgen opiniones tan variadas como parecidas. "Es colombiano" afirman muchos sin prueba alguna, pero con la ilusión impregnada de que sea cierto. Porque de este modo visualizan una pequeña esperanza que imposibilite a Nicolás Maduro al ejercicio de sus funciones como Presidente de la República. Pero a la final, sólo es eso: una ilusión.

Si bien es cierto, nuestra Carta Magna establece que para ser Presidente de la República se necesita ser venezolano por nacimiento y no poseer otra nacionalidad. Y es en base a este criterio que cierto sector de la oposición se acoge para desvirtuar el ejercicio de las funciones del Jefe de Estado venezolano.

Los rumores que recorren los rincones de nuestro país, y el mundo entero, tienen como objetivo principal desvirtuar la nacionalidad venezolana por nacimiento del Presidente Nicolás Maduro. Esto sin importar los diversos documentos que lo acreditan como tal.  Esta matriz de opinión goza de poca importancia cuando se contrasta con los cargos políticos que Nicolás ha ejercido, ya que éstos ameritan ser venezolano por nacimiento y no poseer otra nacionalidad.

Nuestro texto constitucional en su artículo 41 señala que sólo los venezolanos por nacimiento y sin otra nacionalidad pueden ejercer cargos de Presidente de la República, Vicepresidente Ejecutivo, Presidente de la Asamblea Nacional, Ministro de Relaciones Exteriores, y otros. Lo curioso es que Nicolás Maduro ha ejercido funciones en éstos cargos, y resulta absurdo que la doble nacionalidad no se alegara con anterioridad, sino hasta que asumiera la Presidencia de la República.

Sin embargo, todo este tema tiene también un objetivo oculto pero eficaz. No sólo se pretende poner en duda la nacionalidad de Nicolás Maduro sino que también se busca que las instituciones del Estado pierdan credibilidad. Esto al culparlas como cómplices de una violación a la Constitución como lo es “permitir que un colombiano sea presidente”. De este modo, la hipótesis de que la oposición tenga en sus manos el poder, no sólo de la Asamblea Nacional, sino del resto de los poderes públicos, sea vista como una necesidad insaciable.

El hecho de que la Presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) expusiera la partida de nacimiento del Presidente de la República no calmó los ánimos que se ventilaban al respecto. Sin duda alguna, el hecho no fue suficiente para aclarar las olas de rumores que aún surgen en relación a la nacionalidad del Jefe de Estado, por lo que los ataques han persistido a lo largo de su gobierno.

Las falacias emitidas procuran desvirtuar la legalidad de las funciones del Ejecutivo Nacional. Pero a la final no son más que meros juicios de valores, los cuales no se encuentran acompañados por algún soporte que le otorgue un mínimo sentido de credibilidad. Lo más lógico es que quien esté convencido de dicho argumento, presente pruebas que logren el convencimiento del resto de la población.

Es por eso que en una de sus desesperadas actuaciones, la Asamblea Nacional venezolana solicitó al Estado colombiano que le informase si existía algún respaldo respecto a la supuesta nacionalidad colombiana del Presidente venezolano. La respuesta a dicha solicitud fue emitida por la Viceministra de Relaciones Exteriores de la República de Colombia, y expresaba lo siguiente: 

“Efectuadas las búsquedas en el Sistema de Información de Registro Civil (SIRC) y demás sistemas de información de la entidad, no se encontraron datos sobre el registro civil de nacimiento de Maduro Moros, Nicolás”.

Ante dicha respuesta, el Diputado Henry Ramos Allup expresó que se envió  otra correspondencia al Estado colombiano para que notifiquen si alguno de los padres del Presidente venezolano posee acta de nacimiento colombiana, ya que, según él, en este caso la nacionalidad colombiana proviene por ser hijo de padres colombianos. Sin embargo, esta interpretación es errada por cuanto la legislación colombiana no otorga su nacionalidad por el simple hecho de poseer un progenitor con dicha nacionalidad.

El hecho de tener un padre con otra nacionalidad no quiere decir que la misma será transferida al hijo de manera automática. Cada país tiene distintos requisitos y procedimientos para la obtención de su nacionalidad. Pero como nuestro enfoque está destinado al caso colombiano, es conveniente mencionar lo establecido por la Constitución Colombiana al respecto:

“Artículo 96.- Son nacionales colombianos:
1. Por nacimiento: (…)
b) Los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra extranjera y luego se domiciliaren en territorio colombiano o registraren en una oficina consular de la República.”


Es evidente, y según el pronunciamiento del Estado colombiano, que la controversia de la doble nacionalidad del Presidente Maduro, no tiene cabida en el precepto constitucional de Colombia. Y que por lo tanto, no es ni puede ser considerado como nacional colombiano.

En otras palabras, las disposiciones legales concernientes a la nacionalidad colombiana han sido malinterpretadas y tergiversadas por un grupo de personas inescrupulosas que lo único que buscan es llegar al poder a como dé lugar. Son cartas mal jugadas que van saliendo mientras transcurre el tiempo y se ven ahogados cada vez más.

Y aunque existe un vídeo en internet en el cual aparece Henry Ramos Allup afirmando que Nicolás Maduro es venezolano, no se le ha dado la misma importancia ni impulso que se le dio a la matriz de opinión sobre su falsa nacionalidad colombiana. El cuestionamiento de la nacionalidad del Jefe de Estado no ha sido mas que una estrategia para pretender invalidar su investidura como máxima autoridad de la República.

El escenario político en torno a este tema ha sido tan polémico como bochornoso. Hemos presenciado diversas expresiones por parte de quienes adversan al proceso bolivariano. Por ejemplo, en mayo de 2016 los diputados opositores gritaban la consigna: "¡Maduro colombiano!". ¿Y las pruebas? Junto a su sentido común: en la inexistencia.